15/11/11

Mecia el viento cálido de otoño las lágrimas de aquel corazón herido, mezclada en la gotas de agua dulce que el cielo derramaba al compaz de su queja. Se dejó caer entre la brisa y con olor a mar y arena alzo a la luna su pena acongojada y moribunda. No tenía ya sentido su latir cuando lo oyó venir cabalgando su sombra en las tinieblas del desencanto y pudo convertir en sueños su llanto mientras llegaba él a rescatarla del dolor y la agonía para mostrarle un nuevo amanecer una nueva señal....

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